6 de mayo de 2017

Mausoleo Courtoy: máquina del tiempo? (Brompton Cementery, London May 2017)

Atrás, el mausoleo Courtoy
El Brompton Cementery es uno de los mas antiguos (1840) y distinguidos cementerios del Reino Unido, de diseño neoclásico del arquitecto Benjamin Baud, combinando la belleza del paisaje, fauna y bellos monumentos históricos de remarcadas personas enterradas. Pertenece a la Corona Británica y lo mantiene The Royal Parks. Pero hay algo que atrae a muchísimos visitantes, que además de ir a correr, montar en bici, pasear o hacer fotografías, acuden a él para presenciar uno de los mausoleos más misteriosos… el Courtoy, tumba victoriana sin llave, que supuestamente oculta una  extraña máquina del tiempo.. Actualmente, se halla vallado con el propósito de que curiosos y amigos del misterio no se acerquen demasiado e incluso, intenten profanar el sitio. La única puerta de bronce macizo de la estructura, está adornada con motivos de inspiración egipcia y tiene una cerradura pero no tiene llave. Según los registros del cementerio, la única llave se perdió en 1980 durante la última visita de los parientes vivos de la familia Courtoy. Desde entonces nunca se ha abierto. De hecho, hay quien cree que ni siquiera es una tumba… El masivo monolito de estilo egipcio está construido íntegramente en granito y rematado por un techo en forma de pirámide. Con algo más de seis metros de altura, es la construcción que más destaca en tamaño de todo el cementerio. El incidente con la llave se une a otro dato extraño. El mausoleo Courtoy es el único de todo el cementerio del que no existen planos, un detalle raro en una época en la que presentar planos era requisito indispensable para acometer una obra de estas características. Con el tiempo, las anomalías y las coincidencias alrededor de la tumba y su propietaria han alimentado todo tipo de leyendas. La más popular es que el mausoleo Courtoy no es una tumba, sino una tapadera para ocultar la auténtica naturaleza del artefacto de la época victoriana que reposa dentro: una máquina del tiempo.
Vista del cementerio
Vista del cementerio
Egiptología y ocultismo en el Londres victoriano. Pero comencemos por el principio. El imponente mausoleo en Brompton es el lugar de reposo (pues en realidad sí es una tumba) de Hannah Courtoy, una mujer de la alta sociedad londinense, y de sus dos hijas solteras, Elizabeth y Mary Ann. La vida de Hannah no fue muy normal. Llegó a Londres en 1800 y entró a trabajar como empleada del hogar al servicio de John Courtoy, un anciano y adinerado comerciante nacido en Francia bajo el nombre de Nicholas Jacquinet. En menos de un año, Hannah sedujo a Courtoy y le dio la primera de sus tres hijas. Nunca se casaron, pero Hannah se las apañó para quedarse con la mayor parte de la sustanciosa herencia de los Courtoy en un pleito sonado contra la ex mujer del comerciante y sus cinco hijos. Con dinero y una buena posición en el Londres victoriano, Hannah se dedicó a disfrutar de sus dos grandes pasiones: la egiptología y las ciencias ocultas. En esa época trabó amistad con un egiptólogo llamado Joseph Bonomi, con el que pasaba largas veladas discutiendo sobre astronomía y astrología en el antiguo Egipto. Cuando Hannah murió en 1849, Bonomi, que también era arquitecto, mandó construir el mausoleo siguiendo las instrucciones de la difunta. El egiptólogo murió en 1878 y da la casualidad que su tumba también está en Brompton, a pocos metros de distancia del mausoleo Courtoy. Sobre la lápida se puede ver el grabado de un chacal sobre un templo egipcio. Quizá sea casualidad, pero la cabeza del chacal señala exactamente en la dirección del mausoleo Courtoy…
Vista del cementerio
La puerta del mausoleo Courtoy
El inventor de armas de alta tecnología. Hasta aquí no hay mucho más que la excentricidad de una dama victoriana en una época en la que el antiguo Egipto causaba sensación. La leyenda urbana en torno al mausoleo Courtoy se fraguó mucho más tarde, concretamente en 1998. En octubre de ese año, una periodista llamada Helen Smith escribió un artículo para Associated Press en el que insinuaba abiertamente que el mauseoleo ocultaba un dispositivo para viajar en el tiempo creado por Joseph Bonomi en colaboración con un extraño personaje llamado Samuel Alfred Warner, un charlatán que aseguraba haber inventado todo tipo de armas avanzadas a su tiempo. Entre estas “patentes” figuraba un torpedo capaz de teletransportarse hasta su objetivo, y minas explosivas de alta potencia que se sembraban desde una aeronave. El supuesto inventor voló dos barcos por los aires en sendas demostraciones de sus armas, pero sus afirmaciones nunca pudieron ser comprobadas por terceros. Hasta la marina inglesa llegó a crear una comisión para interesarse por los inventos de Warner a instancias del mismísimo Duque de Wellington, pero el inventor pedía 400.000 libras por sus diseños y nunca llegaron a un acuerdo. El caso es que, según un escritor llamado Howard Webster consultado por la periodista, Warner, Bonomi y Hannah Courtoy trabajaron juntos en una especie de proyecto secreto. Se decía que Bonomi había descifrado una serie de papiros hallados en el Valle de los Reyes que contenían coordenadas e instrucciones para viajar en el tiempo. Warner puso su genio tecnológico y la dama Courtoy el capital necesario para hacer realidad el dispositivo. No se puede descartar la idea de que Warner y Bonomi se compincharan para sacarle los cuartos a la crédula señora Courtoy, aunque no encaja con la idea del egiptólogo cumpliendo la última voluntad de la dama con tanto ahínco años después de su muerte. El caso es que el relato de Howard Webster es imposible de certificar.
Vista del cementerio
El mausoleo Courtoy
Coincidencias y extrañas muertes. Hannah Courtoy murió en 1849, pero el mausoleo que iba a ser su última morada y del que no existen planos no se terminó hasta 1853. No hay constancia de dónde guardaron sus restos mientras tanto. El mismo año en que se terminó el mausoleo, el inventor Samuel Alfred Warner murió en extrañas circunstancias. Su cuerpo fue enterrado en una tumba anónima en el mismo cementerio Brompton, a pocos metros del mausoleo. El egiptólogo Joseph Bonomi no murió hasta 1878, pero en su tumba no solo reposa él. También yacen allí su esposa y sus hijos. Bonomi erigió la lápida en 1852 para enterrar a cuatro de sus hijos que murieron en un plazo de una semana. En el presente, Ray Godson es el último descendiente vivo de Hannah Courtoy y no cree en las leyendas urbanas. Lo único que le interesa es encontrar la dichosa llave para abrir el mausoleo, limpiar un poco el polvo y presentar sus respetos a su tátara-tátara-abuela. Si es o no una leyenda urbana, es aún un misterio… pero si algún día Godson consigue abrir esa pesada puerta de bronce, debería dejar que alguien inspeccione el subsuelo bajo el mausoleo, aunque solo sea para quedarnos tranquilos… Para llegar al mausoleo podéis coger la linea de metro District Line y bajaros en la parada llamada West Brompton. Una de las entradas al cementerio esta justo al lado de la estación, y dentro no es difícil orientarse. No sé si habrá una máquina del tiempo en el mausoleo Courtoy, pero me apetecía una visita por si acaso, y el paseo también ha valido la pena! Para finalizar, el cementerio ha sido escenario de famosas series y películas como Sherlock Holmes (con Jude Law), Golden Eye (con Pierce Brosan, 1995), Johnny English (2003), The Wings of the Dove (1997), Stormbreaker (2006), entre otras...





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